viernes, 21 de agosto de 2015

Carlos Romero: ‘El fútbol boliviano tiene una estructura dividida y fracturada’



Carlos Romero es ministro de Gobierno. Hombre fuerte de la política actual. Acaba de entrar “en serio” al fútbol como presidente de Sport Boys y ha comenzado a conocer las entrañas de lo que está pasando en la Federación Boliviana (FBF), la Liga y las asociaciones.

— ¿El fútbol boliviano está mal o peor que eso?

— Es una de las coyunturas más críticas porque el fútbol está dividido, no solamente dividido en su diseño institucional, sino inclusive en el enfoque, en las prioridades de los dirigentes. Está claro que hay un nivel compartimentado entre la Liga, las asociaciones, la Federación. En teoría la Liga debería ser el núcleo de articulación del balompié profesional y las asociaciones, ser las que lideren la formación de las divisiones inferiores, pero no se da esto porque tenemos una estructura divorciada, fracturada, y esto afecta sobre todo a la formación de nuevos valores que en su caso responden a esfuerzos aislados de algunas escuelas de fútbol o la cantera de algunos clubes, y muy parcialmente de las asociaciones; entonces tenemos como una estructura con archipiélagos dispersos débiles, en vez de tener una estructura más cohesionada y más sólida. A esto se suman obviamente las posturas coyunturales de dirigentes que buscan algún interés figurativo, alguna experiencia circunstancial que no les permiten tener un adecuado trabajo de sostenibilidad, integralidad de abordaje de los temas estructurales; luego, los temas de la institucionalidad son muy débiles.

— ¿Débiles en qué sentido?

— Las instituciones más sólidas en el fútbol boliviano son los clubes profesionales, pero los clubes inclusive tienen demasiadas debilidades, muchos problemas administrativos, económicos, de infraestructura, de diversos órdenes; entonces obviamente que la situación del fútbol es crítica. Hemos ocupado el último y el penúltimo lugar en todas las categorías, los únicos que de alguna manera daban la cara eran los equipos profesionales en la Libertadores, pero esta última participación en la Sudamericana es absolutamente deficitaria.

— ¿Qué es lo que hay que discutir para mejorar este panorama que usted pinta?

— Creo que más allá de discutir quiénes deben ocupar un cargo hay que discutir los temas estructurales del fútbol, para eso yo esperaba que la Liga en su directiva transitoria ya nos propusiera una agenda de trabajo bajo un cronograma, como habíamos sugerido en la reunión del Consejo Superior; pero hasta ahora eso no ha sucedido. Hay que organizar mesas temáticas que aborden temas de infraestructura, divisiones inferiores, diseño institucional del fútbol, financiación, en fin; entonces como siempre estamos solamente improvisando o salvando la coyuntura, pero no viendo las cosas estratégicamente.

— ¿Cómo se animó usted a meterse en este mundo del fútbol? Incluso hay quienes dicen que hasta quiere presidir la Federación…

— Depende de muchos factores. Uno, en principio, he optado por un compromiso con la gente de Warnes, con el Sport Boys, y la idea es revertir la situación difícil que ha caracterizado al club en los últimos años, para eso se hizo un esfuerzo inédito que obviamente requiere de dedicación; pero si hubiera una agenda de trabajo, una estructura, si hubiera un compromiso de profunda movilización en torno al fútbol de los diferentes estamentos involucrados, tendríamos que evaluar esa posibilidad (de postularse a la FBF).

— Como ministro, es parte del Gobierno, y hay quienes dicen que el Estado está interviniendo al fútbol a través de una serie de situaciones…

— No, porque el Ministerio Público apenas está investigando algunos manejos económicos y esa es una iniciativa de ellos, no es una intervención política, no es una estrategia. Entiendo que es una investigación que se contextualiza en el marco de las investigaciones desarrolladas por la Fiscalía de Estados Unidos que luego se va replicando en otros países del mundo. Una intervención del Estado en el buen sentido, una intervención participativa o proactiva en la transformación del fútbol requeriría de hablar sobre todo de temas infraestructurales, logísticos, de políticas impositivas; pero ese paso todavía no se lo ha dado.

— ¿Por qué cree que gente de la política, del partido de Gobierno sobre todo, usted está entre ellos, está incursionando en el fútbol?

— Sí hay eso, pero no es la primera vez. En el pasado, presidentes de Bolívar como Mario Mercado o Mauro Cuéllar cumplían funciones políticas también; en el caso de The Strongest, Douglas Ascarrunz era igualmente un prominente político, y en otras regiones también se ha dado esta situación; por ello, es simplemente una casualidad, no es una estrategia. Si por ejemplo el gobernador de Potosí asume la dirigencia en Real Potosí, bienvenido, porque es parte de una renovación de repente de liderazgos en el fútbol de quienes casualmente cumplimos tareas políticas. Estoy absolutamente convencido de que no se debe mezclar la política con el fútbol.

— Carlos Romero tiene una imagen como político, ¿no teme que el fútbol se la cambie para mal?

— Un día, cuando perdimos con Real Potosí y nos íbamos al descenso, desde la gradería un aficionado me llamó, me acerqué y él me dijo: “He vivido muchos años en España y he trabajado allí desde limpiando baños hasta todo tipo de trabajos que me hacían sobrevivir, y he vuelto a mi país; no quiero regresar a España porque una de las razones es que me da alegría en la vida ver a Sport Boys, aunque pierda, porque ya es suficiente tener un equipo en la Liga. Por eso le pido que se haga cargo y no dé un paso al costado”. Eso me llegó. En mi caso no soy una persona que se haya incorporado al club para hacer una carrera política, para hacerse conocer, sino por el contrario, he ingresado al fútbol en el peor momento institucional del Sport Boys, porque estaba en riesgo de extinción, no solamente de descenso, arriesgando mi patrimonio de credibilidad, de prestigio alcanzado en el mundo académico y político, pero lo hago porque soy apasionado por el fútbol, creo en el fútbol y estoy convencido de que podemos demostrar que con un equipo chico, humilde, se puede hacer grandes cosas. Así, creo que un día la Selección Boliviana puede demostrar que con un poco de organización, planificación y seriedad también puede hacer grandes cosas. Yo le robo tiempo al tiempo para dedicarme al fútbol con debates, análisis, planificación y diálogo, en esto quiero resaltar la ayuda de Guido Loayza (presidente de Bolívar), con quien constantemente hablamos y me asesora; también a mis dirigentes, quienes tienen mucha participación y planificación en todos los sentidos, desde el táctico, logístico y administrativo. El fútbol me desestresa y soy un hincha intransigente de este deporte.

— Así de mal y pobre, ¿el fútbol boliviano está inflacionado?

— Yo no creo que sea un problema de inflación del fútbol porque los presupuestos que se manejan en el país son pequeños con relación a los de otros países. El tema es que no hemos tenido la capacidad de generar sistemas gerenciales y captación de ingresos que sean sostenibles y que sean significativos. Un modelo gerencial es lo que ha implementado BAISA SRL (que administra a Bolívar), que más allá de las críticas le ha dado sostenibilidad al club, por lo menos lo ha salvado de una crisis que ponía en riesgo su propia sobrevivencia; este modelo de administración está demostrando que los ingresos se generan no solamente por la vía de las transacciones en torno a los futbolistas o los derechos televisivos, sino inclusive haciendo inversiones en infraestructura y otros proyectos, entonces el fútbol necesita también generar una propuesta financiera que sea sostenible y le permita multiplicar sus fuentes, porque es un deporte que requiere de mucha inversión económica. La mayoría de los clubes no tenemos sostenibilidad, la mayoría ni siquiera podemos cumplir los requisitos elementales de un equipo profesional en el verdadero sentido de la palabra, entonces hay que replantear las estrategias de financiamiento, hay que clarificar qué es lo que le han transferido la FIFA y la Conmebol a la Federación Boliviana de Fútbol y a los clubes, y no estoy diciendo que se haya transferido ese dinero y no llegó al fútbol, no estoy diciendo eso; yo creo que los esquemas de asignación de recursos no son democráticos, no son equitativos y hay que replantearlos. En el fútbol se mueve mucho dinero y mientras tengamos países que quedamos en la periferia en cuanto a la participación en recursos económicos obviamente nunca vamos a poder invertir en divisiones inferiores, en infraestructura, en logística. Primero hay que investigar qué nos han transferido todos estos años en comparación a lo que se ha transferido a otros países y luego hay que replantear esquemas.

— ¿Sport Boys tiene algún modelo para ser diferente en el fútbol boliviano?

— Sport Boys tiene una ventaja: Warnes es el municipio de más crecimiento demográfico en el país, sus proyecciones en crecimiento serán mayores y se está constituyendo en el núcleo de crecimiento industrial y movilización económica, por lo que tiene posibilidades de captar inversiones nacionales y extranjeras. En materia de futbolistas, es el centro de confluencia entre oriente y occidente, por lo que tiene posibilidades e infraestructura y debemos tener la capacidad de generar alianzas. En ese sentido las perspectivas son interesantes más allá de la coyuntura del campeonato.

— ¿Lo va a salvar del descenso de categoría?

— Dimos dos pasos, pero faltan 20 partidos. No es un referente nuestro juego con Petrolero y Bolívar, no es un parámetro, hay que hacer muchísimo más, pero hemos cambiado conceptos: primero hemos estructurado un cuerpo técnico sui géneris porque contratamos a Carlos Leeb y Sergio Carosini con la expectativa de que la actualización de conceptos dirigiendo en Argentina, Paraguay y en Perú al Garcilaso, al que lo agarraron en situación de descenso y lo llevaron a la Copa Sudamericana, respondía a nuestra necesidad. Elegimos a Sergio Apaza, a quien se le dice “el filósofo” porque tiene una capacidad de lectura del fútbol muy notable, tiene un conocimiento del fútbol nacional muy profundo porque dirigió en los nueve departamentos; pero también tiene un conocimiento profundo del comportamiento del deportista. Hicimos entonces una combinación. Además, hemos incorporado a Mauro Blanco dedicado a las divisiones menores y al trabajo con jóvenes, y finalmente trajimos a Hamlet Barrientos, que es una persona muy seria para preparar a los arqueros.

Si bien en lo administrativo seguimos pagando deudas de anteriores gestiones, ya que recibimos un equipo hipotecado, hemos hecho una renegociación porque incluso ya habían recibido los derechos de televisación. Hoy contamos con la ayuda de empresas como Preorte Pretensados, Constructora Trompillo, Parque Industrial Latinoamericano, Soboce, Cemento Warnes, Farmacor, Hotel Arenales, Fancesa, Farmacia Chávez, Tigo, Amaszonas, Coca-Cola, Fair Play, Sol y Arena Resort, Udabol, La Fuente, El Pahuichi, Pentaguazú, Urbanización Urubó, Hotel Bugambillas, Grupo Empresarial Morsa. Todos ellos son sponsors que nos ayudan en la parte económica y por eso no nos quejamos del apoyo, No es suficiente porque hemos apostado en grande y esperamos llenar el estadio y generar ingresos para que las recaudaciones sean importantes. Tenemos un equipo costoso, tenemos el apoyo de la Alcaldía, tenemos un grupo de empresarios organizado por Mario Cronembol, ellos se hacen cargo de pagar a Eduardo Corrales, futbolista español de gran nivel porque fue seleccionado español dirigido por Vicente del Bosque, jugó en varios torneos de Europa. Y también agradezco a Bolívar que nos cedió cinco jugadores sin cobrarnos un centavo; a la dirigencia del Real América, que viene a ser como la sucursal de Sport Boys.

— ¿Está bien o está mal la contratación de Miguel Portugal como seleccionador?

— Miguel Ángel Portugal ha dirigido al club Bolívar, conoce de alguna manera el medio boliviano, pero yo diría que su paso fue muy fugaz. Creo que lo mejor hubiese sido trabajar con un entrenador nacional. No es lo ideal, porque lo ideal hubiese sido iniciar un momento de inflexión con un proyecto que arranque con la estructuración de un cuerpo técnico que nos permita transformar los conceptos, los sistemas del fútbol boliviano, porque es lógico que siempre los conceptos se vayan modificando, los sistemas se vayan actualizando e innovar hubiese sido interesante. Pero como siempre estamos a la vuelta de la esquina del inicio de las eliminatorias y no tenenos nada; entonces lo de Portugal resulta una nominación muy sorpresiva, no es mala, es un profesional calificado. Pero considero que debíamos haberlo debatido, no a nivel de un grupo de dirigentes transitorios de la FBF, sino mucho más amplio. No estoy absolutamente seguro de que Portugal esté en condiciones de lo que necesita ahora la Selección Boliviana. Debíamos haber trabajado en un proyecto integral y comprometer al cuerpo técnico en función de ese proyecto. Con una improvisación como la que se está dando yo no sé si habrá un compromiso con los resultados. El señor Portugal se caracterizaba por no evaluar su trabajo, ahora nosotros necesitamos un compromiso real, entonces no sé si será la mejor decisión, tengo mis dudas.

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