martes, 12 de abril de 2016

Carlos Fabián Leeb: “Esto es solo un hasta luego”

Sorprendió su salida de Sport Boys y más aún cuando la dirigencia del Toro warneño pretende armar un equipazo desde junio para encarar la Copa Libertadores 2017. El técnico que le dio su primer título liguero a Sport Boys, Carlos Leeb, aclaró que es algo imprevisto y que tiene que ver con su familia. “El presidente Carlos Romero lo entendió”, sostuvo. El DT argentino antes de partir explicó cómo trabajaba la dupla Leeb-Apaza, sobre las llamadas y reuniones de madrugada con el ministro de Gobierno y de la decisión de dejar fuera a nueve jugadores para permitir la llegada de otros, en la previa del inicio del anterior torneo. Todos acabaron siendo titulares.

Aclaró que a Carlos Lampe le dijo que sería suplente, y que luego se ganó el puesto y un lugar en la selección.

Sorprende su salida...

Sí, pero es una decisión de vida, de estar en estos momentos con las personas que me necesitan. Así como le di el 200 por ciento a Sport Boys, en cada día y entrenamiento, hoy no se lo puedo dar, pues tengo que utilizar ese tiempo en mi hogar. Por eso le pedí al presidente, Carlos Romero, una reunión y le comenté mi caso y me comprendió. Me entendió junto a Danilo Morilo (primer vicepresidente de Sport Boys).

¿Cuál es su problema real?

Dejo Sport Boys por un tema personal, no es de enfermedad. No sé si lo voy a solucionar en un día o dos, es un tema con un hijo, no quiero entrar más en detalles, pero él me necesita más que nunca. Me voy consciente de que este fue el desafío más grande que he tenido en mi carrera. Gracias a Dios nunca en mi vida me he ido al descenso, pero me ha tocado dirigir equipos como Guaraní de Paraguay para salvarlo del descenso, al igual que a Nacional Potosí; llegué a Universitario de Sucre en un momento difícil y lo clasifiqué a la Sudamericana. Me ha tocado más que nada salvar equipos.

¿Su idea es volver y por ello inició su trámite de naturalización como boliviano?

Sí, esto es un hasta luego. Gracias a Dios, Sport Boys me abrió muchas puertas. El compromiso es con el Toro, pues no renuncié. Lo que se hizo fue disolver el contrato.

¿No le pesa dejar de ser parte de su primera Libertadores con Sport Boys?

Antes que una Libertadores, primero está mi familia. Obviamente que es un prestigio enorme ser parte de una Copa.

¿También deja de lado el proyecto de armar un equipazo para la Copa 2017?

Ya veníamos hablando del tema, porque el Toro no quiere pasar vergüenza en la Copa. Estamos hablando de un equipazo, y que no descuidará el torneo local. Sport Boys se va a armar bien, esa es la idea del presidente, del club, etc. Hoy por hoy cada jugador se está ganando su lugar en el plantel para la Copa 2017.

¿Sugirió que se queda Sergio Apaza?

Claro que sí. Es el que conoce el plantel a la par mío. Sé de su capacidad.

¿Hubo un cambio radical antes de ganar el título y tras quedar fuera de la Cine Center?

Cuando nos eliminó Guabirá en la Copa Cine Center, hubo una reacción a tiempo. Recuerdo que nos juntamos en el vestuario y le dije al presidente (Romero) que había que hacer un cambio profundo, porque con este equipo, que ya estaba armado, no teníamos chance de pelear nada, ni siquiera para salvar el descenso. Fue un momento tenso, pero Romero tomó la decisión correcta. Tuve que sacar a nueve jugadores. Decirles y explicarles por qué, pues eran jugadores ya contratados por el club. Después llegaron Carlos Lampe, que había quedado fuera de San José; Arnaldo Vera, que no tenía club; Jefferson Lopes, que estaba jugando en la segunda de Brasil y que lo conocíamos Apaza y yo; Leonel Morales, que no lo tenía en cuenta Bolívar; y Rolando Ribera. Le dimos el visto bueno a Aldo Velasco, Aldo Paniagua y Guery García, que estaban a prueba. La verdad que es para hacer una película por la forma en que se fue armando todo. También llegó el colombiano Wílder Medina. Queríamos armar un equipo donde hubiera competencia.

¿Lampe llegó como una alternativa?

Sí. Se lo dije claramente a Carlos Lampe, que el titular era Saidt Mustafá. Él aceptó y en un partido se lesionó Mustafá y le llegó su chance. Todos estos jugadores que nombré aceptaron el desafío de venir a un equipo que estaba 13 puntos abajo del penúltimo (Nacional Potosí) de la tabla del descenso. Con todo ello hubo competencia para los que se quedaron, entre ellos Alejandro Gómez, que venía de un torneo regular y que para mí luego fue pieza fundamental porque tenía a Rolando Ribera atrás, o Galvis. Paniagua tenía atrás a Zampiery o Guery García. En resumen, había dos jugadores por puesto.

¿Los de peso en el plantel qué hicieron cuando se enteraron de que se iban nueve compañeros?

Al capitán, Alejandro Gómez, y a Rosauro Rivero, entre otros, no les gustaba que se vayan nueve compañeros. Y ellos tuvieron que entender, y eso fue bueno. Yo, de jugador, hubiera hecho lo mismo como compañero de los que ya habían firmado contrato.

¿Qué fue lo peor de su paso por Sport Boys?

La salida de Wílder Medina, uno de mis preferidos. La decisión la tuve que tomar por el bien del grupo porque no podía permitir actos de indisciplina. Eso fue lo más triste y más duro, junto a mi salida repentina.

¿Qué jugadores lo sorprendieron?

Guery García, pues ha sido mi comodín y se ganó su lugar desde abajo. Jugó de marcador de punta y de volante. Le faltó desempeñarse de delantero. Me gustó lo del chico Jordi Candia, que debutó el otro día ante Blooming. Es un muchacho de 20 años, que tiene un futuro enorme. Es un jugador de selección. Los grandes del plantel fueron estandartes y se pusieron bien físicamente. Otros que se destacaron fueron Mario Cuéllar y Mustafá.

¿Quién bajó más kilitos?

En realidad se pusieron bien físicamente, como el caso de Arnaldo Vera, que no vino bien, pero se puso en buen estado. Marco Ovejero bajó entre cuatro y cinco kilos necesarios, fue consciente y por ello es el goleador del equipo y pieza fundamental.

¿Por qué decidieron no jugar de local en el estadio de la ACF, que tiene una cancha buena?

Es que nos hicimos fuertes en Warnes y hubo un sentido de pertenencia con la gente.

¿Seguir jugando en Warnes no los perjudica?

Nos quisieron sacar por mejoras al escenario y le pedí al presidente que no nos salgamos de ahí. Con la ayuda de la Alcaldía se han hecho los arreglos que pidió la Liga, y por ello se pudo jugar con Universitario. Además, en ese estadio desde que llegamos solo perdimos un partido, y fue un encuentro raro ante The Strongest. Recuerdo que no nos dieron dos penales muy evidentes.

¿Dónde pensaba jugar en la Libertadores?

Yo pensaba jugar allí, por lo menos en la primera fase, salvo que Carlos Romero haya decidido otra cosa.

Tuvo roces con sus colegas Javier Vega, de Universtario, y Mauricio Soria, de The Strongest, ¿se pudieron evitar?

Todo se puede evitar, pero son dos casos diferentes. El de Vega fue un acto en el que me agrede y yo no reacciono. Ese día fue una masacre, más bien que los jugadores se habían entrado. Pero casi lo matan a Guillermo Aüe. Para mí fue un intento de homicidio. Pero en ningún momento reaccioné. Con Mauricio Soria fue diferente, pues calentó todo al desprestigiar a Warnes, diciendo que en esa cancha no se podía jugar por el calor. Encima decía dónde querían jugar. Fue una falta total de respeto y de temor.

¿Qué le falta al Toro para consolidarse como institución?

Años. Le falta tener una sede social, una lugar donde se identifique la gente. Empezar a tener socios. Hoy, si uno quiere tener una camiseta de Sport Boy hay que ir a comprarla en la fábrica, pues no hay una tienda. Sport Boys se ha sentado en la mesa de los grandes. Falta un crecimiento a nivel club, pero eso lleva tiempo.

¿Dejó una lista de jugadores con miras a la Copa?

No, porque salió esto. Sí estaba prevista una reunión para definir a los que se podían quedar para la Libertadores. Pero ya no me corresponde, sí me pueden pedir algún consejo.

Prometió vestirse de mujer si lograba los tres triunfos en la altura al inicio del anterior torneo, ¿no cumplió su promesa?

En la intimidad con los muchachos lo hice porque sacamos nueve puntos de nueve.

¿Qué tan emotivos fueron los videos en las que aparecían las esposas de los jugadores?

Muy emotivos. Recuerdo que antes del triunfo de local ante Bolívar, parecía que íbamos a un velorio por los ojos llorosos. Los videos los armó mi preparador físico, Sergio Carossino.

¿Cómo fue su relación con Carlos Romero?

La verdad que me pongo de pie. Fue una persona honesta, con códigos. Un tipo que tuvo esa visión, de pensar en Sergio Apaza como colaborador. Fue lo primero que me preguntó cuando hablamos y qué concepto tenía de Apaza. Bastó para arreglar cinco minutos. Sabía que me iban a llamar y ya había averiguado sobre la situación delicadísima de Sport Boys. Era un desafío gigante y me propuso la compañía de Sergio y acepté pues tenemos un pensamiento parecido. A los dos nos gusta presionar, el juego dinámico, jugadores rápidos y tener una mezcla de futbolistas de altura y del llano. Coincidimos en un montón de cosas. El trabajo que hicimos no lo llamo dupla, pues Sergio fue un compañero estratégico.

¿Alguna vez Apaza lo hizo cambiar una decisión?

Ha pasado y pasó al revés. Por ahí hemos discutido por algún puesto, o a quién poníamos y el sistema de juego. Pero siempre llegábamos a buen puerto. Obviamente es un técnico destacado y tiene una cultura enorme. He aprendido mucho de las discusiones que tuvimos, pero siempre en beneficio del plantel. Yo prefiero tener un zorro viejo (Apaza) al lado mío, antes que alguien que me diga sí a todo.

¿Sufrió con las reuniones nocturnas con Romero?

No (se ríe). Nos hemos juntado varias veces desde la una hasta las cuatro de la mañana o desde las 23:00 hasta las cuatro. Esos eran los horarios en los que por ahí él tenía tiempo. Hasta ahora no sé si duerme el doctor Romero. Eran necesarias esas reuniones, y como él sabe mucho de fútbol, más de lo que se imaginan. Debe ser el que más sabe de fútbol de la directiva.

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